ACUPUNTURA


La Acupuntura es una parte de la Medicina China  con más de 5000 años de antigüedad, que no solo está aún en plena vigencia, sino que sigue en constante desarrollo. Sus resultados, probados a lo largo de la  historia, representan una opción valiosa ante los severos problemas de salud en los tiempos que corren.

Su acción eficaz está demostrada por miles de publicaciones científicas, pero sobre todo por su extensa constatación empírica.

Actualmente, la acupuntura es utilizada por más de un tercio de la humanidad como medicina de primera línea  en China, Vietnam, etc. Esta disciplina cuenta con reconocimiento oficial en muchos países, en parte de Europa (Alemania, Francia…) está incorporada en su sistema de salud pública.  En Japón, Estados Unidos y Canadá su práctica está  regulada. Poco a poco se está convirtiendo en la medicina alternativa-natural, más reconocida y utilizada en el mundo.

La Medicina Tradicional  China se basa en una teoría fundamental completa y coherente que explica cómo funciona una persona (anatomía, fisiología, psicología…), cuáles son las diferentes causas de las enfermedades y los mecanismos patológicos que de ellas derivan.

La Acupuntura es una técnica basada en la inserción de agujas finísimas en determinados puntos sobre la superficie cutánea. Estos puntos reciben el nombre de puntos de acupuntura, chakras o resonadores y son altamente energéticos, están situados a lo largo del recorrido de los meridianos, canales por los que circula la energía del organismo denominada Qi. Lo básico de la acupuntura es regular ese flujo dentro de tu cuerpo tonificando el Qi donde exista alguna deficiencia llevando el flujo libre donde haya estancamientos y drenándolo donde exista un exceso. El propósito es que el Qi tenga un balance armónico en el cuerpo.

El material del que están hechas las agujas es también influyente. Lo más corriente es utilizar las de acero quirúrgico esterilizadas. Actualmente  en nuestra práctica diaria utilizamos de este tipo, y son de uso único, lo que garantiza la imposibilidad de cualquier transmisión infecciosa.

La Medicina China puede responder a todas las enfermedades. Sin embargo, esto no significa que pueda curarlo todo. Ninguna terapéutica puede tener esa pretensión. En los casos de enfermedades muy graves, la Medicina China, al fortalecer el estado de la persona, puede aportar una mejora, un gran alivio, frenar la evolución de su alcance o atenuar sus efectos.