Por Francisco Abengózar, docente y terapeuta en LTA
«Como miembro activo y cofundador de “Ling Tao Acupuntorxs Descalzxs-ONG”
En el año 2016, planteamos trasladarnos a Grecia e ir a campamentos de lxs no-refugiadxs para colaborar con nuestros conocimientos, nuestra experiencia o simplemente con nuestras manos aunque la aportación se perdiera como una gota de agua en el desierto.
Dejamos la búsqueda en manos de nuestra “rastreadora guía” Marta A. que, siempre encuentra misteriosamente, un lugar donde ir y una causa digna por la que luchar. En el mes de Julio, parte del equipo, aterrizamos en Grecia, Tesalónica, e inmediatamente nos dirigimos a trabajar a una vieja fábrica: “Elpida” colaborando en un proyecto dirigido por “Together for Better Days”, con el cual se pretende demostrar que una forma más digna de acoger a las personas refugiadas, que en tiendas de campañas hacinadas, es posible.»
*Fotografia- puedes encontrar a 3 miembros de nosotrxs, equipo de LTAD, entre todxs estxs voluntarixs que trabajaban en Elpida durante nuestra estancia…
«Desde la misma entrada, lo que primero vi, fueron montones y montones de basura, suciedad y más montones de basura, en su interior aparecía un punto de luz y color, mujeres y hombres limpiando, pintando, preparando un lugar humanizándolo de dentro hacia afuera, fue una bocanada de frescor y de esperanza.
En mi maleta llevaba unos guantes de trabajo nuevos, unos guantes que tenía desde hace mucho tiempo y que nunca había usado, en la burbuja de cristal en la que vivo no me hacen falta, si se me rompe algo o se me ensucia algo va alguien y me lo arregla o me lo limpia, tengo mi “seguro y mi tarjeta de crédito”.
«Al entrar a “Elpida” vi luz en su interior, pero tenía que usar mis guantes para ayudar a limpiar toda la suciedad que lo empañaba; soy acupuntor, pero hice de carpintero, electricista, jardinero, barrendero, montador de muebles, en fin lo que hizo falta (porque soy Acupuntor Descalzo de Ling Tao).»
«Cada día que pasaba mis guantes nuevos estaban cada vez un poco más sucios, pero me ayudaban a seguir trabajando, sin ellos no hubiera podido hacer nada, gracias a llevarlos conmigo no me importaba hacer lo que hubiera que hacer, tenía ilusión por colaborar en preparar un sitio con dignidad, para esas mujeres, niñas, niños y hombres, familias unidas, familias separadas y todas ellas rotas que verían esa a vieja fábrica como yo lo vi, como un punto de luz, un lugar donde al menos poder dormir una noche, con tranquilidad, sin miedos externos, cobijados por un techo de esperanza y de paz, donde no sentir la inmediatez de la muerte, de la violación, de la mutilación o simplemente la desaparecer en un océano, en un desierto o en un mar de hielo, lluvia y barro o simplemente, como pago para que otrxs puedan avanzar unos kilómetros más hacia ese destino incierto e ilusorio.
Si por tan solo una noche esas niñas, esas mujeres y esas madres y padres duermen con tranquilidad dentro de ese refugio de “Elpida”, mis guantes rotos están bien pagados.»
*Fotografías, Equipo de LTAD en la construcción de Elpida-home
«No todo era “Elpida-home”, también fuimos a otro campamento de No-Refugiadxs, y en ellos mis guantes, mi pequeña protección, servía de poco. La intención era llevar cosas de primera necesidad a algunas personas de esos campamentos, pero el ejercito que eran los que los custodiaban, no nos dejaron ni de llegar a la puerta. Saltamos el muro y como detrás de todos los muros de la vergüenza, miles de personas hacinadas despojadas de toda dignidad, encarceladas y sin esperanza, porque lo único que se puede hacer detrás de esos muros es, NADA, robándoles su capacidad de ser y de vivir y lo único que nos pedían era un hornillo para calentar agua para beber, un ventilador para soportar 40 grados en una tienda de campaña 8 o 10 personas, algo de ropa interior o una caja de acuarelas y un cuaderno para dibujar; llevamos lo que pudimos y me traje un desgarro más profundo en mis guantes.»
«Las cifras hablan de 10.000 niñas y niños desaparecidos y cientos de miles o millones de personas vagando sin rumbo, sin esperanza y viviendo de nuestro despojos, vistiéndose con nuestra ropa llena de mierda y donada como un acto de suprema caridad. ¿Este es el ser humanx?, No, es la crueldad y codicia de unxs pocxs que crean un mundo de pobreza y miseria, pero otra forma es posible, lo vi y vi mis guantes y vi a muchas personas cada una con sus guantes que intentan cambiar el mundo, comparten lo que tienen, comparten su esperanza. Mis guantes y yo volvimos algo rotos, algo desgastados, necesitando unos remiendos para seguir confiando y mantener la esperanza, quizás sea algo ingenuo, pero siempre llevaré unos guantes.»
*Fotografía, en Grecia, parte del equipo de LTAD
ENLACES DE INTERÉS
Puedes ver como continua el trabajo en este campamento-fabrica diferente en el siguiente link: Elpida Home
Muy interesante y valioso también el trabajo de la ONG junto a la cual trabajamos mano a mano en Elpida: http://togetherforbetterdays.org/
Te incluímos un pequeño albúm de fotos de better days donde apreciar los resultados del esfuerzo en Elpida:
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